En 2016 se cumplen los 50 años del Informe Coleman, y esto nos ha parecido una excelente ocasión para rendir homenaje a una figura que tanto ha contribuido a consolidar nuestra disciplina. Ello además nos ha servido como excusa para volver a reflexionar sobre la igualdad de oportunidades educativas y por ende, en gran medida, de oportunidades sociales. Uno de los logros más destacables del Informe Coleman fue, no me extenderé en algo que tratarán mis colegas con gran maestría, el poner el foco de atención en que las desigualdades sociales filtran el aprovechamiento del paso por el sistema educativo. Lo que más importa en el rendimiento educativo es el origen social: el tipo de familia del que proceden los alumnos, la composición social de los centros. ¿Es pertinente, pasados 50 años, seguir hablando de clases sociales y educación? Parece que sí, que la sacudida de la crisis que se inició en el 2008 no ha hecho sino aumentar la brecha entre distintas posiciones sociales; y en una sociedad como la nuestra, que ya era bastante desigual, aún más, pues somos, tras Chipre, el país en el que las disparidades de renta están creciendo en mayor medida…
A vueltas con la desigualdad. En el cincuentenario del Informe Coleman
Delia Langa Rosado
Publicado en: RASE, Revista de la Asociación de Sociología de la educación. Volumen 9, Nº 1.
Año de publicación: 2016
Páginas: 4-8