El concepto de «economía moral» nos sirve para comprender la imbricación de aspectos materiales y simbólicos en las relaciones laborales. Toda relación laboral supone una negociación sobre el valor de los sujetos y objetos en juego: valor que nos remite al aspecto político-económico -derechos diferenciales de apropiación de recursos-, pero también al simbólico-emocional -identidad de los individuos, dignidad-. En el artículo se hace un análisis de «economías morales» concretas en grupos de trabajadores jóvenes:éstas, como realidades simbólicas, suponen diversos modelos de pactos ideales con el empresario cuya transgresión despierta la indignación, el «sentimiento de injusticia»ante la violación del orden moral; pero también, como realidades político-económicas, están en función de la relación de fuerzas entre empresarios y asalariados.