Los efectos conflictivos de los programas de realojo de familias gitanas constituyen una de las caras ocultas de la tardía ampliación de los límites étnicos de las políticas sociales en España. Aunque desde el punto de vista de las relaciones interétnicas los efectos incluyentes de estas políticas han sido lentos, desiguales y muy mejorables, las acciones de las administraciones han dignificado en las últimas décadas las condiciones vitales de buena parte de la cada vez más heterogénea –también en términos residenciales– comunidad gitana española y han multiplicado las oportunidades de convivencia intercultural; pero también han promovido la resignificación de prejuicios tradicionales hacia los gitanos, la proliferación de nuevas interdependencias competitivas en barriadas, escuelas y otros espacios de sociabilidad en los que avanza la presencia
gitana, así como la multiplicación de posibilidades de conflictos vecinales abiertos materializados en movilizaciones donde se vierten, entre otras, reivindicaciones de efectos etnicistas.
Presento aquí dinámicas generales de uno de esos desatendidos fenómenos de discriminación y movilización social en la España reciente: las protestas y acciones colectivas vecinales contra proyectos de realojamiento de familias gitanas. Finalmente apunto una línea para la intervención derivada del conocimiento de estos conflictos etnicistas. Casos que –pese a su declive en un país donde han culminado los grandes procesos de realojo de gitanos nacionales y ha crecido la ilegitimidad de la exclusión etnicista ejercida de manera colectiva y pública– no debemos olvidar.