De la escuela se espera mucho. Unos esperan que la escuela sirva para combatir el desempleo o para ofrecer igualdad de oportunidades. Pero la escuela contribuye muy poco a ello: los títulos escolares sirven para competir por puestos de trabajo -no para crearlos- y las posibilidades de éxito escolar dependen mucho del origen social. Otros acusan a la escuela sobre todo de estar al servicio de la reproducción social. La escuela reproduce, en parte, las jerarquías sociales. Pero lo que más reproduce las posiciones sociales es la herencia de bienes económicos, algo que habitualmente queda fuera de los debates.
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