Los relatos contra la inmigración han sufrido una transformación esencial. Desplazando el foco del inmigrante hacia las “mafias” que “trafican” con personas, han transmutado la lucha contra la inmigración en combate contra las mafias y en protección de los inmigrantes. La semiótica estructural de Greimas nos ayuda a comprender estos juegos retóricos y, con ellos, la construcción simbólica de los problemas sociales.

Cómo representar como ayuda humanitaria las políticas anti-inmigración
Voz de América, Public domain, via Wikimedia Commons

Las imágenes del telediario muestran una barcaza llena de inmigrantes africanos. Unas lanchas de la guardia civil la abordan y acompañan hasta la costa, en ocasiones trasladando a los inmigrantes en su lancha. El objeto de su acción es claro: preservar las fronteras, evitar que los “ilegales” se instalen en España. Sin embargo, la noticia no dice nada de eso, no menciona “centros de internamiento” ni expatriaciones. Todo lo contrario: los inmigrantes han sido “rescatados” de las “mafias” que “traficaban” con ellos. Ciertamente, resulta desconcertante pensar en el “alivio” que puede sentir una persona que, tras meses o años de peligrosos periplos buscando alcanzar Europa, es “rescatada” para ser repatriada. ¿Cómo hemos llegado a este relato?

La semiótica estructural nos puede ofrecer algunas herramientas útiles para analizar cómo se construyen los problemas sociales -y, con ellos, sus soluciones-. Una de estas herramientas es la teoría de actantes de Greimas. Esta teoría distingue en todo relato seis posiciones o “actantes”. Los actantes no son sólo personas; también pueden ser animales, objetos inanimados, cualidades, abstracciones… Estas posiciones se estructuran en pares:

. El primer par constituye el eje del deseo: un sujeto busca un objeto.

. El segundo par constituye el eje de la comunicación. Por un lado tenemos un destinador: es quien empuja o induce al sujeto a buscar el objeto. Por otro, un destinatario: quien se beneficia de la acción del sujeto.

. El tercer par constituye el eje del poder. En él tenemos los ayudantes para que el sujeto obtenga el objeto y los oponentes a que lo consiga.

Un relato sencillo comienza con una carencia: al sujeto le falta el objeto. Por ello emprende una búsqueda, incitado por el destinador, donde irá estableciendo relaciones cooperativas con ayudantes y conflictivas con oponentes para conseguir el objeto. El relato concluye cuando el sujeto consigue finalmente el objeto o se ve definitivamente privado de él. 

Estas sencillas categorías nos permiten confrontar las distintas alternativas narrativas en la construcción de relatos de todo tipo, incluyendo los relatos políticos o aquellos mediante los que se escenifican determinados problemas sociales. Lo mostraré confrontando un relato más antiguo sobre la inmigración con el que se ha impuesto recientemente. Veremos los actantes de ambos relatos desde la perspectiva de “los españoles” y desde la del “inmigrante” o la “mafia”.

Relato 1: Los inmigrantes vienen a quitarnos el trabajo.

El relato más antiguo tenía dos personajes principales. Por un lado, los inmigrantes, que vienen a buscar trabajo. Por otro, los nacionales, que son despojados de su trabajo por los inmigrantes. La lucha contra la inmigración es defensa de los españoles frente a la “invasión” que quiere arrebatarles sus trabajos. Veamos los actantes de este relato, compuesto, a su vez, por dos relatos interrelacionados: en uno los sujetos son los españoles; en el otro, los inmigrantes. (Utilizaré las siguientes abreviaturas: S: Sujeto; O: Objeto; D: Destinador; d: destinatario; A: ayudantes; Op: Oponentes.)

A. Perspectiva de los españoles. Carencia: exceso de inmigrantes que nos quitan los trabajos.

B. Perspectiva de los inmigrantes. Carencia: pobreza en sus países de origen.

Este primer relato es el más antiguo. En él, desde la perspectiva de los españoles, los inmigrantes son oponentes. Estos, para escapar de la pobreza, vienen a trabajar, despojándonos de nuestros empleos e impidiéndonos dar de comer a nuestras familias (no entraremos ahora en el hecho de que este relato se suele enunciar en masculino, desde la posición del padre). Ante este problema, la solución es clara: impedir la inmigración o que los inmigrantes trabajen en España.

En este relato, desde la perspectiva de los migrantes, los transportistas son ayudantes del inmigrante: le permiten entrar en España. Una posición inversa a la de las fuerzas policiales, que son oponentes del inmigrante, al impedir que entre o que trabaje en España.

Este relato predominó durante un tiempo entre quienes se oponían a la inmigración. Sin embargo, tenía una serie de inconvenientes -que incitaron a su cambio por el relato actual-. El primer inconveniente es que se trataba de un relato poco humanitario y nada caritativo. El relato convertía en enemigo a un inmigrante cuyo único propósito era escapar de la pobreza e incitaba a retornarle a su situación de pobreza -se podía acusar al enunciador del relato de indiferencia ante el sufrimiento humando, incluso de crueldad-. El segundo inconveniente era que convertía en ayudantes de los inmigrantes -y, por tanto, oponentes de los españoles- a los empresarios que contrataran inmigrantes. En vez de ser los ayudantes de los españoles -nos dan trabajo-, aparecían como cooperantes necesarios del robo de trabajo que los inmigrantes perpetraban contra los españoles. Ello hacía el relato incómodo para los grupos ideológicos opuestos a la inmigración, pero afines a los intereses empresariales.

Relato 2. Los inmigrantes son víctimas de las mafias que trafican con personas.

El relato anterior presentaba problemas. La coherencia no es la única característica que decide sobre el éxito o fracaso de los relatos que construyen problemas sociales. Pero siempre juega un papel, porque habitualmente hay contra-relatos que pueden hacerse fuertes criticando incoherencias, señalando contradicciones (decirse cristiano y atacar a quienes huyen de la pobreza) o destacando consecuencias lógicas indeseadas por los defensores del primer relato (como la conversión de los empresarios en oponentes de los españoles). Ello forzó su desplazamiento por otras narrativas. Una de ellas quedó restringida a las posiciones más reaccionarias: la identificación de los inmigrantes como delincuentes. No recapitularemos aquí la estructuración en actantes de este relato (aunque invito a hacerlo). Nos centraremos en el relato que tuvo más éxito en todo el arco ideológico y que en buena medida estructura el discurso institucional de la Unión Europea en torno al tema. 

En este relato se produce una sustitución esencial: el oponente de los nacionales ya no es el inmigrante, sino las mafias que trafican con inmigrantes. Esa sustitución provoca unas transformaciones esenciales en las posiciones de otros personajes y en el significado que revisten las políticas y medidas anti-inmigración.

A. Perspectiva de los españoles. Carencia: exceso de inmigrantes que nos quitan los trabajos.

B. Perspectiva de las mafias. Carencia inicial: beneficios económicos a la medida de su ambición sin escrúpulos.

Este relato cambia poco desde la perspectiva de los españoles, pero lo hace sustancialmente cuando contemplamos la otra perspectiva. Desde la perspectiva de los españoles el único cambio sustancial es el del papel de oponente: la mafia sustituye al inmigrante. Éste queda reducido a mero instrumento de la mafia: un ayudante involuntario en su persecución sin escrúpulos de beneficios, esto es, una víctima. El transportista, que en el relato anterior era ayudante del inmigrante al facilitarle la entrada en España, ahora se convierte -transfigurado en “mafia”- en su principal oponente. Esta transformación modifica radicalmente el papel que juegan en el relato otros personajes.

En primer lugar, abandonan el escenario algunos personajes. El inmigrante y sus motivaciones pasan a segundo plano: combatir la inmigración ya no es luchar contra gente que quiere salir de la pobreza; es combatir las mafias. Lo mismo ocurre con los empresarios que contratan inmigrantes: ahora quedan también fuera del relato; ya no son oponentes de los españoles. La relegación discursiva de empresarios e inmigrantes sirve así para soslayar las debilidades del relato anterior.

En segundo lugar, cambia el papel de otros personajes, especialmente el de todos aquellos implicados en impedir la inmigración: cuerpos policiales y agencias estatales encargados de evitar la entrada de inmigrantes, defensores de políticas anti-inmigratorias… En el primer relato eran oponentes de los inmigrantes; ahora se transforman en ayudantes: su objeto es perseguir a las mafias y, por tanto, ayudar a las víctimas de estas mafias. El nuevo relato transforma la lucha contra la inmigración en liberación de inmigrantes. Un juego de manos discursivo propio del mejor ilusionista: convierte la represión en protección, los controles migratorios en asistencia a aquellos a quienes se impide entrar, la persecución en ayuda humanitaria. No es extraño que haya sido elevado a discurso oficial y que sea sostenido por las posiciones ideológicas más variadas.

Por supuesto, este relato tiene también sus debilidades, aunque sean menores. Una de ellas es que debe pasar a segundo plano a todos los intermediarios en el transporte de inmigrantes que no respondan al estereotipo de mafias. El relato sólo se sostiene si no hay más transporte que el mafioso, si el inmigrante sólo aparece como víctima maltratada -y no como consumidor o beneficiario de un servicio de transporte-. Un límite del relato que puso de manifiesto claramente Salvini al estirarlo para incluir en el papel de mafias a todo transportista, incluyendo a las ONGs que trasladan en sus barcos migrantes a las costas europeas.

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Sobre el autor/a

Enrique Martín Criado

Enrique Martín Criado

Profesor de sociología en la Un. Pablo de Olavide y doctor en sociología por la Universidad Complutense de Madrid, con la tesis “Estrategias de juventud” (publicada como “Producir la juventud”, Istmo, 1988). Ha publicado libros y artículos sobre teoría sociológica, técnicas cualitativas de investigación, análisis de discurso, sociología de la educación, transformaciones de las clases populares, sociología de la alimentación o sociología del trabajo. Entre sus publicaciones recientes destacan “La escuela sin funciones. Crítica de la sociología de la educación crítica” (Bellaterra, 2010), “Les deux Algéries de Pierre Bourdieu” (Ed. du Croquant, 2008) y “Conflictos por el tiempo” (coeditado junto a Carlos Prieto, C.I.S., 2015). Miembro fundador del colectivo “Denunciemos los abusos patronales”.

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