Uno de hechos más contados en sociología de la educación es el de la relación entre origen social y rendimiento escolar. Los resultados de innumerables investigaciones realizadas en todos los países desarrollados han confirmado siempre una estrecha relación entre bajo rendimiento escolar y pertenencia a las clases bajas y alto rendimiento escolar y pertenencia a las clases medias y altas. A partir de aquí, se han generado también un sinfín de investigaciones y teorías para intentar explicar tal relación. Éstas se han encaminado en dos direcciones.
En primer lugar, las investigaciones que han buscado la explicación en las diferencias de socialización familiar. Ligadas la mayoría de ellas, de una manera u otra, a la concepción de la escuela como mecanismo de selección neutral de las más capacitados, su preocupación fundamental ha sido averiguar qué tipos de socialización familiar permiten el éxito y cuáles lo obstaculizan.
En segundo lugar, las investigaciones que han rechazado la imagen neutral que de sí misma ofrece la escuela. El éxito escolar diferencial por origen social no se explicaría tanto por unas prácticas de socialización más adecuadas en la clase media que en la clase obrera como por el hecho de que la escuela es una maquinaria de selección e inculcación que privilegia los atributos y cualidades de las clases dominantes, desfavoreciendo así, de manera sistemática y estructural, a los alumnos procedentes de los estratos más bajos de la sociedad.
Vamos a exponer en primer lugar estas dos corrientes para, seguidamente, exponer nuestra propia concepción. En ésta, y partiendo fundamentalmente del marco de las teorías de la dominación cultural, intentaremos superar algunos de los problemas de las mismas. Para ellos nos plantearemos en qué consisten los mecanismos escolares de producción de las calificaciones -del valor escolar de los alumnos- para, seguidamente, poner en relación los modos escolares de selección y formación con los modos familiares de socialización.